Y yo que se la pensaba jugar a esa puta!
Me pregunto, cuantas veces en la historia el hombre ha tratado de jugársela a la misma puta transexual, a esa que se escribe en genero masculino, que se hace llamar amor y que tanto se escurre como ágil serpiente por entre los salones de nuestros mas virtuosos y bajos deseos.
Pero es que esta si que es una puta dura, una de esas que no se deja tan fácil, que tiene con que jugar contigo, que te deja asfixiarte justo hasta donde a ella se le da la gana y entonces te para, y entonces te manda a la mierda a soñar con sus pechos, con sus piernas con su clitoris y sus gemidos… con sus susurros, con sus sollozos y con sus sueños compartidos… con sus silencios… maldita puta!
Esta es una puta de esas peores que la nicotina… no, que va ¡si es peor que la heroína! A esta puta no la tienes que probar. esta puta solo tiene que serte mencionada una vez, es tan dulce, tan exquisito su mero nombre que con eso basta para que la desees, la busques y te la dejes jugar como idiota, o como soberano, cuantas veces a la puta se le de la ofrendada gana.
Y haber quien es tan macho para pararse y decirle que no a esta maldita puta, haber quien tiene las pelotas para resistircele, liberarse y tirarla a un lado ¿o será que más bien hay que quitarse las pelotas, los ojos, las manos, la nariz, o mas bien, el corazon para liberarse?... coger ese musculo blando y firme, ese musculo crepitante y desesperado y ordenarle con una daga afilada que no mas! que si respiras con ella no eres capaz, que o dejas de ser o eres su incondicional esclavo.
