Ustedes creyeron que a mí me dio por escribir por y para ustedes. Bien se equivocan, pero la culpa, no digo me sea ajena. Yo vine aquí y claro, me quedé ¡craso error!
A mí la poesía me la brindó el mismo que me animó la vida y sus fingidas certezas no valen ni por por una, ni por el más ínfimo fragmento de su sonrisa. Es por eso que me marcho, porque a él y a ella me debo, calzas, manos y palabra y solo a él y ella les podría rendir cuentas sin fijaciones ni afanes.
Y si algún hermano, con la misma marca, se acerca a sus puertas aun temeroso de la vida, que sepa de una vez que ni certezas ni azares dependen de su capricho estatal y que una mística providencia, al final, les arrancará esa insana paz inundada de estanques putrefactos y les dará una última luz y una última sombra, un silencio perenne, y solo de ellos depende abrazarlo antes de que se los imponga la tumba.
2 comentarios:
Al final hay un hogar, uno de verdad.
Y en ese hogar comienza un camino nuevo, más claro, más limpio, más cierto y más hermoso...
¿Y si nos vamos juntos de la mano?
.X.
No olvide que para algunos las bases del día a día están acá. Por favor no nos deje en el aire, montenos en otra barca, hasta que lleguemos a la playa. Pues como tiene un por quien la poesía, también hay cosas que dependen de usted.
att: desespero.
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