Como una memoria eterna fue el edén. Pequeñas manos y pies para un par de ojos los más brillantes, los más abiertos.
Ella apareció como una sombra vestida de retazos luminosos. Eva, la pequeña; fue una luz como ninguna. Y sus tardes no fueron largas nuncamás.
Detrás de las colinas, después de los caminos, ella fue inocente y curiosa.
Él la vio volver y mantuvo los ojos bien abiertos.
Mordieron juntos, curiosos, inocentes… el libro del padre ya apenas era vientoy ellos fueron hermosos. Terriblemente hermosos, porque así los había hecho el padre. Y el cielo agarró a llorar.
La fruta era dulce y carnosa y sus semillas eran como promesas. Las promesas, que parecían aferradas desesperadamente a la tierra y se retorcían dolorosamente hacía el cielo, los embriagaron y mareados se sintieron perdidos en una danza fuerte de colores.
Las semillas fueron promesas... pero el miedo que trajo la embriaguez las marchitó.
En la barriga fermentaron. Los alimentaron y les hicieron crecer.
Con los pies largos se sintieron extraños,torpes. Sintieron que tenían que andar… y así lo hicieron, desterraron sus almas del edén. Precedieron sus pasos con lágrimas esperando ser como el cielo, tratando de regar la tierra y ofrecerle algo más que polvo de huesos.
Tuvieron miedo.
Eso hizo llorar a la muerte, con desgarros tan terribles que su rostro, por primera vez, no fue sereno. Y el vacio de su pesar fue tan profundo e inmenso, que los hombres le llamaron infierno…
(borrador.)
Él la vio volver y mantuvo los ojos bien abiertos.
Mordieron juntos, curiosos, inocentes… el libro del padre ya apenas era vientoy ellos fueron hermosos. Terriblemente hermosos, porque así los había hecho el padre. Y el cielo agarró a llorar.
La fruta era dulce y carnosa y sus semillas eran como promesas. Las promesas, que parecían aferradas desesperadamente a la tierra y se retorcían dolorosamente hacía el cielo, los embriagaron y mareados se sintieron perdidos en una danza fuerte de colores.
Las semillas fueron promesas... pero el miedo que trajo la embriaguez las marchitó.
En la barriga fermentaron. Los alimentaron y les hicieron crecer.
Con los pies largos se sintieron extraños,torpes. Sintieron que tenían que andar… y así lo hicieron, desterraron sus almas del edén. Precedieron sus pasos con lágrimas esperando ser como el cielo, tratando de regar la tierra y ofrecerle algo más que polvo de huesos.
Tuvieron miedo.
Eso hizo llorar a la muerte, con desgarros tan terribles que su rostro, por primera vez, no fue sereno. Y el vacio de su pesar fue tan profundo e inmenso, que los hombres le llamaron infierno…
(borrador.)
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