El spleen del gimnasio. (ejercicio)

¡Ay del hombre, del pobre hombre
que tan torpe artesano, y tan distraído celador,
deja abandonada a la inclemencia
del mundo, La frágil burbuja de cristal que ¨crea¨,
en la que huye, con la que sueña.

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Y si antes de pisar la experiencia todo parecía de tan agradable olor,
con el pasar de los días, del cinismo desfilando ante tus ojos
te ahogas con el estupor de tus propias excusas.

Y si ese día, tan antes del ahora, perfilaste altas expectativas; ya hoy,
con el pasar de los días y de tu propia inconciencia desfilando ante tus ojos,
te pierdes en el tedio de encontrarte tan ajeno.

Justo así es que, en el hoy de después de ese engañoso perfil de mañana,
Se encuentra uno tirado entre las lustrosas ruinas de un olifante dormido,
de una quimera encabritada, de un sueño diluido en nuestro tiempo.

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vaya sorpresa le estallaria en las pupilas

a aqujellos ciegos, examinadores, si te vieran enmascarada

como te encuentras, perdida, en este recinto

destinado para encontrarse, esperanzado en descubrirte-

Vaya sorpresa me llevé yo cuando caí en la cuenta de las faltas

y de la luz opacada por el caqui deslucido,

por el fango ponderante, manchando la inocencia de tu desesperado rostro