Y venimos tersos como el terciopelo,
A salvo del prejuicio,
limpios , sin reflejo,
Pero la maldición desde adentro, ya crepita
y nos perdemos buscando consuelo;
Sin atrevernos a reparar
para atravesar las mentiras del espejo,
nos quedamos estancados en las ranuras del busto añejo.
Al mármol inocente como cría de venado
le han lacerado, deformado, corroído
la maldición del ser
humano
le han demacrado, le han perfilado,
el cruel trastabillar de la indolencia en cada paso
ni mirar atrás, ni mas allá
contentos habremos de estar
con la mentira sobre el pulido cristal
y es que…sin importar cuánto duela,
en medio de nuestra miseria, terminamos olvidando
y en medio de la ignorancia necia
nos hacemos sordos al desgarro
del inmaculado inocente,
del papiro blanco
renunciamos a la tinta y nos dedicamos al desencanto,
olvidamos alzar vuelo y simplemente a nuestro chiquito, lo horfanamos.
1 comentarios:
Que profundo. A veces te odio por despertar sentimientos tan profundos y empolvados dentro de mí. Pero igual te amo por atreverte a despertarlos.
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