Una vez más el velo teñido de rojo, una vez más la noche y la luna sin visión posible.
Una vez más que pierdo al horizonte amor y fraternidad. Una vez más que bailo con los muertos…
Y me he hecho torpe: trastabillante adelanto cada paso: calados tengo los huesos…
¡Y qué bien se mueven los esqueletos ¡! y qué bien ríen!
¿Tanto más mi amor? ¿Mi señora, será hora ya? ...¿Será otra la hora?
Ostenta tu mano, clava en mí tu piedad. No me dejes solo soledad.
Llévame contigo al sepulcro del silencio, llévame contigo y no me dejes ver atrás.
Gota por gota ya han llovido tantos otros el pesar y yo quiero sonreírte,
señora pálida, amante de los que se van, oh tú, último abrigo del hombre huérfano,
en medio de la estridente selva infernal, recuerda mi nombre y olvida mi infamia, recoge los sueños y comienza a volar!
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