Ay de todos nosotros ignorantes y mortales por descendencia.
Lanzados al mundo para probar la suerte, para ser probados nosotros mismos;
cuántas noches no tendrá que llorar hasta el mas irascible de los caminantes
al entrever el errar de sus pasos y sus palabras tan costosas cuando han sido histéricamente
proferidas por una razón excusadora, cansada y desvariante
Cuán distante se nos muestra la misericordia en nuestros ensombrecedores pensamientos,
regla aplicada incluso para los mas valerosos y en verdad ¨saludables¨ momentos...
Cuán distante se nos muestra la misericordia en nuestros ensombrecedores pensamientos,
regla aplicada incluso para los mas valerosos y en verdad ¨saludables¨ momentos...
¿Adónde, dime cansado caballero ¿adónde son oídos ahora tus lamentos?
Para mí están mudos, no confías en mis preceptos;
Para mí están mudos, no confías en mis preceptos;
pero algo si te digo, lo adivino entre amargos recuerdos:
Seguirás animando camino tras camino y, con notas alegres, sueltas y, quien sabe si ahora, un tanto mas pesadas o perdidas, con una melancolía encendida; suenen las tonadas de tu arrogante melodía.
Y cuéntame de ti, bardo venido de lontananza
a estas tierras de perjurio y a estos tiempos de extravagancia
¿encontraras acaso paz o veras veneno en mis palabras?
Y si te niegas a escuchar? No encuentro culpa en lo imperturbable del pestillo…
Has sido victima del infame y humano requisito:
Respiras y andas, desesperas pero aún cantas…
ironía burlesca sobre mí!, que aún espero venir en tus brazos palabras amables,
para un amigo, aunque nunca así, con sincero estrépito, en tus susurros me hayas aclamado.
Seguirás animando camino tras camino y, con notas alegres, sueltas y, quien sabe si ahora, un tanto mas pesadas o perdidas, con una melancolía encendida; suenen las tonadas de tu arrogante melodía.
Y cuéntame de ti, bardo venido de lontananza
a estas tierras de perjurio y a estos tiempos de extravagancia
¿encontraras acaso paz o veras veneno en mis palabras?
Y si te niegas a escuchar? No encuentro culpa en lo imperturbable del pestillo…
Has sido victima del infame y humano requisito:
Respiras y andas, desesperas pero aún cantas…
ironía burlesca sobre mí!, que aún espero venir en tus brazos palabras amables,
para un amigo, aunque nunca así, con sincero estrépito, en tus susurros me hayas aclamado.
1 comentarios:
Bellamente elaborado!
Hoy estamos enredados con las palabras, así que no encuentro alguna que pueda describir lo que he leido...
Tanto que entra y se aferra, ¡es tanto!
Los versos crean surcos.
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