Ya quisiera enterrarme en el tiempo.
Sepultarme entre piedra fría,
fríos colores en los vitrales de cristal.
Pasearme cuan espectro,
durante noches y noches
-inacabables y eternamente ligadas-
por larguísimos y oscuros pasillos,
mientras por ellos viaja
inundante y melancólico adagio
animando al ánima libre
ya de todo gozo y toda pena;
gozando solo de su propia soledad.
1 comentarios:
La dulce putrefacción de las almas de ojos muertos animadas solo en deslucido papel y desdibujadas por melancólicos suspiros.
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